Los origenes del pueblo Egipcio
La historia de Egipto puede empezar en la época paleolítica, aun siendo una historia sólo hecha de hipótesis y suposiciones. En aquel tiempo era el valle del Nilo muy distinto de lo que es hoy: hasta el Delta el territorio era todo una vasta ciénaga, el río lo cubría casi por completo y el clima era mucho más húmedo que el actual. Sin embargo, las condiciones fueron modificándose a fines del paleolítico; el Nilo fue tomando su curso actual y el desierto invadió lentamente las regiones limítrofes, favoreciendo la concentración de la vida humana a lo largo del fértil valle del río.
En la época neolítica, es decir unos 10.000 años antes de Jesucristo, ya vivían en el país dos pueblos muy distintos y de diverso origen: uno, de raza africana, provenía del centro de África; el otro, de raza mediterránea, había llegado desde Asia central. También se cree que un tercer grupo se había asentado allí, procedente de la legendaria Atlántida y llegado al valle del Nilo pasando por Libia. Fue así como se formaron dos grupos de civilizaciones: el primero se detuvo en el norte del país, en la región del Delta, fundando la primera aglomeración urbana, Merimda; el segundo se estableció en el sur y tuvo Tasa como capital del distrito. El pueblo egipcio, pues, ya estaba dividido en dos grupos desde aquella lejana época y a pesar de la sucesiva unificación del país, quedó un rastro de ello en la división del territorio en nomos (así llamados por los Griegos), de los que había veintidós en el Alto Egipto y veinte en el Bajo.
Estos eran aún los albores de la civilización, la época que los Egipcios llamaron "el tiempo del Dios", en que el rey Osiris ocupaba el trono de Egipto.
LOS ORIGENES DEL PUEBLO EGIPCIO EN LA EPOCA PALEOLITICA
El reinado terrestre del primer rey egipcio está documentado por un conjunto de inscripciones llegadas a nuestros días con el nombre de Texto de las Pirámides. Según la leyenda, fue el mismo Osiris quien realizó la primera unificación de los dos grupos étnicos; pero ella fue de corta duración, pues hay que llegar aproximadamente a 3200 a. de J.C. para hablar de historia egipcia.
Union del Alto y Bajo Egipto
La historia comienza con el rey Narmer, identificado por algunos con el mítico rey Menes, quien fue el unifi-cador de los dos reinos y fundó la primera de las treinta y una dinastías que se sucedieron en el trono egipcio hasta 332, año de la conquista de Alejandro Magno. "Es un quebrantador de cabezas... no conoce indulgencia". Es esto lo que se lee del rey Narmer en una antigua inscripción, y es el terrible ademán en que está representado en la célebre "paleta de Narmer", una tablilla de pizarra de 74 centímetros de alto, que data de alrededor de 3100 a. de J.C, hallada en Hierakon-polis (la antigua Nekheb, hoy El-Kab), la ciudad sagrada del reino prehistórico del Alto Egipto. En una cara de la paleta aparece el rey con la corona cónica del Alto Egipto, asiendo con una mano por los cabellos al enemigo ya postrado y empuñando una clava en la otra. La otra cara de la tablilla lo representa con la corona del Bajo Egipto, frente a una multitud de enemigos decapitados.
Tres eran en efecto las coronas, símbolo de la realeza: la blanca del Norte, la roja del Sur y la doble corona, formada por las dos anteriores, que simbolizaba la unidad del reino. Asimismo, el buitre era el símbolo del Alto Egipto y el áspid el del Bajo Egipto.
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