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Inmortalidad del alma

Inmortalidad del alma


Todos los libros que tratan de la vida futura, demues-tan con evidencia que la base principal de las creencias de los antiguos Egipcios era la inmortalidad del alma. Así, tanto las pirámides como las mastabas y las tum­bas de los valles fueron todas construidas para alber­gar el alma del difunto. El Ka no es sino el espíritu uni­versal o cuerpo psíquico que anima todo ser.


INMORTALIDAD DEL ALMA EN LA RELIGION EGIPCIA


El cuerpo físico es para la tierra, y el alma es para el cielo; y la humanidad se identifica con su propia conciencia. Tras la muerte terrestre, el alma viene a envolver a la momia transformándose en su Ka, es decir su doble; al paso que el espíritu se transforma en espíritu astral y ambos, Ka y Ba, se unen por medio del cordón de Osiris, espíritu superior, para formar un espíritu solo. Tres substancias, pues, en un solo cuerpo.

Numerosos frescos que representan la inmortalidad del alma y otras escenas religiosas han sido hallados en las casas en que vivían los faraones; y muchas pinturas y decoraciones en los monumentos funerarios y en las tumbas simbolizaban la sobrevivencia del difunto en el otro mundo, o sea la vida eterna. Y por ello eran lla­madas "casas de la eternidad".


También la cruz ansata, o "ank", simbolizaba la vida futura con los tres atributos de paz, felicidad y serenidad.